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Ha llegado la hora del cambio |
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Por primera vez en 25 años tenemos la oportunidad de sacar el balance del modelo económico de la Constitución Fujimori/Yoshiyama: liberalización de la economÃa, desregulación de los mercados y privatización de las empresas estatales. Pero sus defensores se niegan a ese balance.
Ahora nos dicen que la culpa proviene del “imperio brasileño†y el sistema corrupto alentado por sus empresas. AsÃ, la corrupción viene “de afuera†y corrompe a los “buenos†de adentro que, además, aplican las polÃticas del Consenso de Washington.
Eso no se dijo en los 90. Allà el fracaso económico fue culpa del modelo “cepalino†y la crisis de la deuda externa no tenÃa causas foráneas (como la tasa de interés al 20%, la caÃda de los precios de las materias primas o el proteccionismo de los paÃses industrializados). La causa era endógena: “demasiado Estadoâ€, “muy poco mercadoâ€. Dos varas y dos medidas.
La confianza desmedida en las “virtudes inquebrantables†de los mercados se exacerbó con el super ciclo de altos precios de las materias primas por la expansión industrial china (que no fue producto del “libre mercadoâ€). No se quiso ver que la marea alta china fue el hecho esencial que hizo subir a todos los botes de América Latina, sin excepción alguna. Y en todos también bajó la pobreza, en parte por el crecimiento y en parte por los programas sociales.
Esta confianza llevó a que el ministro Luis Carranza dijera que los altos precios iban a durar 30 años, lo que se trasladó a todas las instituciones del Estado y a la propia forma de hacer polÃtica económica. ¿Alguien dijo Plan Nacional de Infraestructura en el CEPLAN? Pero si “plan†es una mala palabra. Basta con que IPE y AFIN nos digan que el déficit de infraestructura asciende a decenas de miles de millones de dólares.
¿Alguien dijo Plan Energético de Mediano y Largo Plazo, de carácter vinculante, que nos diga qué oferta y demanda de energÃa queremos en 20 años para “rayar la cancha†a las empresas? ¿Para qué, si ya la Constitución dice que son los dueños de la molécula, previo pago de una regalÃa? ¿Y qué hacemos si el licenciatario quiere exportar el gas del Lote 56, lo que se permitió bajo Toledo, siendo PPK ministro de economÃa y luego Premier?
Pues nada: solo respetar el Art. 62 de la Constitución que establece la “santidad†de los contratos-ley, ya que solo pueden ser cambiados por acuerdo entre las partes (adiós Congreso). No se dice que han sido modificados cientos de veces, siempre a favor de los contratistas, partida de nacimiento de las adendas de las APP.
Los ideólogos pro-mercado “evolucionaron†y dijeron que los eficientes ministros tecnócratas no podÃan hacer bien las cosas porque los gobernantes, polÃticos elegidos por el pueblo, no los dejaban. hace dos años, cuando gobernaba Humala, dijo Enrique Pasquel de El Comercio: “qué bueno serÃa que los mencionados ministros –que parecen estar en el gabinete por un accidente del destino– escogiesen al presidente y no al revés†(1). El gabinete tecnócrata de PPK, con él al frente, cumple con esa aspiración. ¿O no?
Lo que les importa es que haya “una buena tasa de crecimiento económicoâ€, no si se fortalecen las instituciones, salvo las “islas de eficiencia que “impulsan el crecimiento†(2). Tampoco importa si se vulnera el medio ambiente y los derechos de las comunidades indÃgenas. Importa crecer. Punto.
La cereza de la torta ha sido las APP, no porque sean malas per se, sino porque la estructura legal y el diseño de adjudicación han sido laxos, permitiendo adendas al por mayor, por tanto, el crecimiento de la corrupción que vemos hoy. Es indispensable un debate nacional sobre las APP para acabar con la corrupción.
Pero el apetito de los inversionistas privados hacia los ahorros fiscales en época de vacas flacas (y gordas), no se detiene. La polÃtica del Gobierno es dar proyectos a las APP, donde tienen buenos amigos. AsÃ, Proinversión va a licitar proyectos por US$ 4,000 millones este año. No, pues. Ni una APP más hasta revisar todo a fondo. El Congreso tiene la palabra.
Para terminar, la corrupción no viene solo “de afueraâ€. Tampoco tiene un solo signo ideológico ni su origen es “economicistaâ€. La moral y la ética son parte del análisis, asà como los signos de los tiempos de “postmodernidad†y “postverdadâ€.
Pero el “libre albedrÃo†del mercado, sin regulación ni rumbo de largo plazo sà provoca desastres: se vio en la crisis global del 2008 y se ve ahora. No es cierto que haya “una sola polÃtica económicaâ€, si no miremos el signo no neoliberal de las polÃticas económicas en China y el Sudeste Asiático. Si queremos acabar con la corrupción necesitamos una nueva ecuación entre Estado y mercado y alejarnos de la dependencia de las materias primas, camino bloqueado por la Constitución de 1993.
La crisis abierta nos da la gran oportunidad para revertir la idea-fuerza que domina hace 25 años: que el mercado lo puede todo. Ha llegado la hora de cambiar.
(1) http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/ministros-merecen-mejor-presidente-enrique-pasquel-noticia-1749185
(2) Ver un análisis detallado en en nuestro artÃculo “25 años no son nadaâ€: http://larepublica.pe/impresa/opinion/19801-25-anos-no-son-nada
Publicado el 13 de Febrero de 2017
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